8 de octubre de 2025

Catástrofe salarial: el salario mínimo cae a su nivel más bajo desde 2001, un desplome estructural que toca fondo

La actual situación representa un «deterioro estructural» que ha desmantelado el valor del salario en menos de un año. La recuperación del salario mínimo real es un «principal desafío» en un contexto de inflación sin tregua y contracción económica, exigiendo un cambio de rumbo urgente para evitar la precarización total de la base de ingresos de los trabajadores argentinos.

El poder de compra del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en Argentina se ha hundido hasta su punto más crítico en casi un cuarto de siglo, retrocediendo a los valores previos al colapso de la convertibilidad en 2001.

Un informe demoledor del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA revela una pérdida del 32% en el poder adquisitivo real del SMVM desde noviembre de 2023, consolidando un «deterioro estructural» con profundas consecuencias sociales y económicas.

La devaluación y la inflación desmantelan el piso de ingresos

La radiografía del IIEP-UBA, coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, es contundente: el salario mínimo perdió un 0,5% real solo en agosto y se sitúa no solo inferior al registrado en 2001, sino un 62% por debajo de su máximo histórico de 2011.

Esta debacle no es gradual; es una aceleración post-devaluatoria. El estudio subraya que el punto de inflexión fue la devaluación impulsada por el Gobierno nacional en diciembre de 2023, cuando el ingreso real se desplomó un 15% en un solo mes. A pesar de los aumentos nominales posteriores, la inflación persistente actuó como un depredador, impidiendo cualquier recuperación.

Crítica: un colapso sistémico con impacto en el empleo y la asistencia social
La caída del SMVM no es solo una cifra, sino un colapso sistémico. El informe advierte que, al funcionar como un «piso de ingresos formales», su deterioro arrastra la base de cálculo de múltiples programas sociales y convenios laborales. Esto amplifica la desigualdad y la pobreza, mientras el ingreso se desvaloriza.

El mercado laboral confirma esta crisis: en junio de 2025 (último dato disponible del SIPA), el país registró una pérdida neta de 4.100 puestos de trabajo formal, impulsada por la destrucción de 12.200 empleos formales en el sector privado.

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