Carlos Bianchi compartió reflexiones y anécdotas en un emotivo encuentro en la Usina del Arte
En un escenario colmado de espectadores, el Virrey repasó su vida después de la banca, combinando reflexiones personales, historias de sus años como técnico y análisis sobre la actualidad del fútbol argentino.

El legendario entrenador Carlos Bianchi volvió a captar la atención del mundo futbolero durante una íntima y extensa charla pública en la Usina del Arte.
Durante la conferencia, Bianchi reveló detalles de su rutina diaria, como su costumbre de caminar todos los días y su preferencia por leer el diario en papel, además de seguir interesado en las novedades del deporte desde su versión digital en francés.
Con un tono cercano, afirmó: “Desde que dejé de trabajar, lo más importante es disfrutar de la familia… Si hubiera podido, jugaría toda la vida”.
El exentrenador, campeón de todo con Boca, también comentó sobre su vínculo con el fútbol, confesando que solo asiste a partidos de la Champions League cuando está en París y analizó el último Superclásico entre Boca y River, destacando que “hasta el minuto 45 River tuvo el control del juego, pero tras el gol cambió todo”.
Su historia futbolística también incluyó su raíz en Vélez, club que marcó su infancia desde los 12 años, y su declaración de ser “bostero” en el corazón, aunque su origen está en el Fortín. Además, habló sobre figuras europeas como Johan Cruyff y rememoró su etapa en Europa, donde enfrentó tensiones con dirigentes y planteles difíciles, recordando su negativa a desprenderse de Francesco Totti pese a la presión de su presidente, Franco Sensi.
En cuanto a su relación con los dirigentes argentinos, fue claro: “Mauricio Macri cumplía su rol de presidente, no era un patrón. No tuve una gran relación con ningún dirigente; cada uno cumple su función y no solíamos hablar de fútbol ni venir a los entrenamientos”.
El exentrenador elogió también a técnicos argentinos en competencia, destacando a Carlos Tevez, Guillermo Barros Schelotto, Mauricio Pellegrino y valorando el trabajo de Eduardo Domínguez. Aclaró su postura respecto a las diferencias generacionales: “No soy de los que corren al costado de la cancha”, reafirmando su respeto por las nuevas generaciones sin menospreciarlas.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando explicó por qué no asiste a los partidos de Boca: “Por respeto al técnico que está trabajando… A Vélez voy porque es mi casa”, expresó, mostrando su cariño y protección por ambos clubes y el rol del entrenador en actividad.
Hacia el cierre, hizo una reflexión sobre el presente del fútbol argentino: sobre Marcelo Gallardo dijo que “es una situación difícil y el primero que no la quiere vivir es él”, y elogió a Lionel Scaloni como “un muy buen técnico para la Selección”. También compartió su historia con la Albiceleste, admitiendo que rechazó dirigirla en tres ocasiones.
Finalmente, habló sobre su relación con Riquelme, dejando en claro que “si Román me invita a la Bombonera, es mejor dejarlo tranquilo porque está en un buen momento. Vivamos el presente”. Y añadió con una sonrisa: “Con Román cruzamos un WhatsApp de vez en cuando. Nunca me ofreció nada”.
