13 de noviembre de 2025

Caputo insiste con la promesa de eliminar retenciones, pero admite que no hay margen fiscal

El ministro de Economía volvió a garantizar al campo que las retenciones “son una obsesión” para el Gobierno, aunque reconoció que no hay condiciones presupuestarias para concretar la quita inmediata. Entre expectativas por el discurso de Milei y señales al mercado, el anuncio reabre el debate sobre sostenibilidad fiscal y poder político.

En la previa de la visita que Javier Milei realizará este sábado a la Rural, el ministro de Economía Luis Caputo encabezó un encuentro con la Mesa de Enlace donde ratificó la intención oficial de eliminar las retenciones al agro.

“Siempre dijimos que queremos sacarlas. Es una obsesión nuestra y del Presidente”, afirmó el funcionario, en lo que ya suena a una promesa recurrente desde el inicio del gobierno libertario.

«El campo es prioridad para este Gobierno y todos los impuestos que distorsionan la producción son malos», insistió Caputo, aunque reconoció el obstáculo central: “Por supuesto que tenemos restricciones presupuestarias, el ancla fiscal es lo más importante. Nos encantaría darles más a todos los sectores, pero tenemos que ser responsables”.

El mensaje se produce en un contexto de tensión entre expectativas del sector y los límites del ajuste fiscal. Desde diciembre, la eliminación de retenciones ha sido uno de los compromisos más repetidos por Milei y sus ministros, pero la realidad muestra que la dependencia de ingresos por derechos de exportación sigue siendo clave para sostener el superávit primario, la bandera fiscal del gobierno.

A 18 meses de gestión, la administración libertaria exhibe un doble discurso: por un lado, reafirma el dogma antiimpuestos; por otro, consolida el esquema recaudatorio que pretende desarmar, sin un cronograma claro para reemplazar esos recursos.

Expectativas en La Rural y señales al mercado

La presencia de Milei en Palermo este sábado genera especulaciones sobre un eventual anuncio, aunque fuentes oficiales admiten que no hay espacio fiscal inmediato para una quita masiva. Cualquier decisión implicaría ajustar más partidas sociales o provinciales o comprometer el equilibrio que el FMI monitorea de cerca.

En paralelo, el gobierno busca enviar señales promercado en medio de un rebote bursátil: el Merval subió fuerte y los ADR escalaron hasta 6%, datos que Caputo utilizó como argumento de que “el esfuerzo del Gobierno se ve reflejado en confianza”.

Una obsesión con alto costo político

El discurso de Caputo revela una paradoja: convertir la eliminación de retenciones en bandera política sin capacidad de ejecución inmediata erosiona credibilidad. El campo escucha promesas, pero las bases económicas no se modifican:

►El agro aporta el 10% de la recaudación vía retenciones, un flujo difícil de reemplazar.

►La caída de liquidaciones por menor cosecha y el freno en Vaca Muerta agravan la restricción externa.

►El déficit cero es el corazón del programa libertario; cederlo implicaría romper el contrato con el FMI y el mercado.

La retórica anti-retenciones persiste, pero el margen para concretarla es mínimo. Entre el dogma libertario y la aritmética fiscal, Milei y Caputo caminan por la cornisa: prometer alivio sin capacidad de cumplir puede transformarse en un boomerang político.

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