29 de septiembre de 2025

Blanqueo de capitales: el FMI observa con cautela y exige alineamiento con estándares internacionales

El reciente anuncio del Gobierno argentino sobre un nuevo esquema de blanqueo de capitales ha despertado un atento seguimiento por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que remarcó la necesidad de que cualquier iniciativa en esta dirección se ajuste rigurosamente a los marcos internacionales en materia de transparencia financiera y prevención del lavado de dinero.

Desde Washington, la vocera del FMI, Julie Kozack, declaró este jueves que el organismo «está observando con atención cómo se desarrollan los acontecimientos», en referencia al paquete de medidas impulsado por el Ministerio de Economía para facilitar la exteriorización de activos no declarados, particularmente dólares fuera del sistema financiero.

El pronunciamiento llega en un contexto de alta sensibilidad económica y política, y antes de que el ministro de Economía, Luis Caputo, oficialice los detalles del programa de blanqueo. Aunque todavía no hay definiciones formales, el Fondo ya conocía los lineamientos generales del plan, que busca captar parte de los más de 200 mil millones de dólares en activos no registrados, cifra que la propia titular del FMI, Kristalina Georgieva, puso en el centro del debate semanas atrás con una declaración que no pasó desapercibida: “Los argentinos tienen más de 200 mil millones de dólares guardados bajo el colchón”.

Kozack también advirtió que las autoridades argentinas se han comprometido ante el Fondo a promover una mayor transparencia financiera y a adaptar su sistema de control del lavado de dinero a los estándares internacionales, lo que implica una responsabilidad adicional para el Ejecutivo a la hora de diseñar e implementar cualquier mecanismo de regularización fiscal.

Una mirada más amplia: estabilización económica y legitimidad política

La atención del FMI sobre este tema no es aislada. El nuevo blanqueo se da en el marco de un acuerdo de facilidades extendidas por 20.000 millones de dólares, firmado recientemente entre Argentina y el organismo. Según expresó el Fondo, la primera revisión del programa evaluará, entre otros puntos, las medidas fiscales y cambiarias implementadas, su impacto en la estabilidad macroeconómica y la viabilidad de un crecimiento sostenido.

En este sentido, el blanqueo de capitales podría representar una herramienta doble: por un lado, la posibilidad de recaudar fondos frescos en un escenario de restricciones externas; por otro, mejorar la formalización de la economía, en línea con los objetivos trazados con el FMI. No obstante, su éxito estará condicionado no sólo por la eficacia del diseño técnico, sino también por la percepción pública y política, en un país donde estos mecanismos suelen generar controversia por su potencial impacto en la equidad fiscal y el respeto a quienes cumplen con sus obligaciones tributarias.

La mirada internacional y, en particular, la del FMI, funcionará como termómetro de credibilidad y disciplina institucional. El desafío del Gobierno será conciliar la urgencia económica con los compromisos asumidos, sin poner en riesgo la confianza de los organismos multilaterales ni del propio electorado.

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