14 de noviembre de 2025

Textilana suspende al 70% de su personal y expone la profundización de la crisis en la industria textil

La empresa, golpeada por la caída de las ventas y el avance de las importaciones, acordó suspender al 70% de su plantilla hasta marzo de 2026, en una señal de alarma que pone en riesgo la continuidad de los puestos de trabajo y revela el deterioro del sector.

La crisis que atraviesa la industria textil sumó un episodio de alto impacto con la suspensión de 170 trabajadores de Textilana, la histórica fábrica marplatense que produce la marca Mauro Sergio.

La medida fue formalizada en una audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo, donde la compañía justificó la decisión en un desplome sostenido de la demanda.

Tras varias negociaciones con la comisión interna, las partes acordaron un esquema de suspensiones por cuatro meses y medio —un plazo reducido respecto de los seis meses solicitados inicialmente— que se extenderá desde el 16 de noviembre hasta el 31 de marzo.

El acuerdo incluye que los trabajadores perciban el 78% de su salario durante el período, un porcentaje apenas superior al habitual en estos casos, y que el pago del aguinaldo se realice en dos cuotas. Aunque las condiciones fueron consideradas “lo menos malo” dentro del contexto, el temor a un cierre definitivo condicionó la aceptación de los empleados.

La situación revelada por Textilana se inscribe en una crisis más profunda del sector textil: contracción del consumo, falta de liquidez en el mercado interno y un incremento de importaciones que compiten con la producción nacional. Este combo, según advierten los trabajadores, configura un escenario que no se veía desde hace décadas.

La fábrica, que en sus mejores años empleó a 1.200 personas, hoy cuenta con apenas 240. Para muchos de los suspendidos —algunos con hasta 40 años de antigüedad— el impacto es emocional y económico. “La fábrica está diezmada”, describió Mauro Galván, integrante de la comisión interna, quien remarcó que nunca había presenciado una caída semejante en más de veinte años en la planta.

Galván señaló que la falta de ventas es el factor más inmediato y visible, pero agregó que las importaciones profundizan el deterioro: “Antes veíamos salir camiones todo el tiempo y ahora no. No hay guita en las calles y las importaciones nos complican aún más”. En sus palabras, el panorama actual combina incertidumbre laboral, contracción del mercado interno y reclamos de políticas que protejan al sector productivo.

La suspensión masiva en Textilana funciona como un termómetro del momento crítico que atraviesa el rubro textil, donde las decisiones empresariales ya no buscan reorganizar procesos sino asegurar la supervivencia. Mientras avanza el período de suspensión, la preocupación principal entre empleados y representantes gremiales es que la crisis no se convierta en un preludio del cierre definitivo.

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