Se cumplen 200 años de un sueño de Juan Francisco Borges concretado por Juan Felipe Ibarra.
Un sueño que invita a soñar una sociedad con más democracia, que no pasa solo con votar cada cuatro años, sino tener mejores oportunidades educativas, con mejores oportunidades de crear un Santiago del Estero Industrial para que no emigren tantos hermanos a buscar el pan para sus mesas en otras provincias. Un Santiago Ecológico, que cuide sus montes y a sus habitantes dentro él y asegure que los recursos naturales sean precisamente eso, recursos de vida, un Santiago del Estero en donde podamos pensar distinto ( o el ser distinto no sea «oportunidad» para discriminar a nadie) y no nos veamos como enemigos…
Por: Diego Alberto Navarro: Docente, Politólogo
Sigo y seguiré defendiendo el valor de la santiagueñidad: la mano extendida, la amistad sincera, los brazos abiertos, el abrazo sincero, las puertas abiertas de tu casa. El lugar donde elegimos vivir; amar y sufrir en tu tierra es lo mejor que te puede pasar (¿te imaginarias hoy estar lejos pero bien lejos de tu afectos, de la tierra de tus afectos?).
Un Santiago en donde nos siga hermanando la chacarera, el valor de la familia, el amor por las cosas simples que nos da la vida, y que esta Pandemia nos enseña, que no son mas que los afectos, los abrazos mas sinceros y mas puros que nos da la vida.
Por ese amor infinito a la tierra que nos dio las oportunidades de ser que hoy somos, debemos seguir soñando ese Santiago del Estero del Futuro, para nuestros hijos, para nuestra posteridad…
El sueño de hace 200 años, por mas Autonomía sigue vigente, lo debemos concretar…
