Revelan un mail de Epstein que vincula a Donald Trump con una víctima de abuso
La publicación por parte de los demócratas de la Cámara de Representantes de una serie de correos electrónicos atribuidos a Jeffrey Epstein ha reabierto el frente legal y político en torno a Donald Trump y su relación con el fallecido delincuente sexual.

El mail más explosivo, fechado en 2011 y dirigido a Ghislaine Maxwell, asegura que el entonces futuro presidente «pasó horas» en casa de Epstein con una de las víctimas de abuso y tráfico sexual, y que «no ha sido mencionado ni una sola vez» en las revelaciones hasta ese momento.
La filtración de estos documentos, que forman parte de un lote de más de $23.000$ recibidos por el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental, apunta a dos momentos críticos:
El mail de 2011 a Maxwell: La afirmación de que Trump estuvo con una víctima y que su nombre se mantuvo fuera de la investigación («ese perro que no ha ladrado es Trump») sugiere un conocimiento o una complicidad en el silencio que resulta políticamente dañino. La breve respuesta de Maxwell, «He estado pensando en eso…», añade un tono de validación a la preocupación de Epstein.Los correos con Michael Wolff (2015): Los mensajes intercambiados durante las primarias presidenciales republicanas son aún más reveladores desde una perspectiva de estrategia política.
Cuando Wolff advierte a Epstein que CNN planea preguntar a Trump sobre su relación, Epstein busca una respuesta coordinada. La posterior sugerencia de Wolff de que Epstein podría obtener una «valiosa moneda política y de relaciones públicas» si Trump negaba haber estado en el avión o la casa, indica un cálculo consciente sobre cómo la relación podría ser usada para mutuo beneficio, independientemente de la verdad.
La acusación directa de 2019Un tercer mail, de enero de 2019, meses antes del suicidio de Epstein, refuerza la gravedad de las insinuaciones. En este mensaje, Epstein sugiere a Wolff que el presidente Trump no solo sabía, sino que habría intentado intervenir: «Por supuesto que sabía sobre las chicas, dado que le dijo a Ghislaine que parara».
Esta línea transforma la sospecha de conocimiento en una de posible involucración, aunque las pruebas presentadas son meramente la palabra de un delincuente sexual.
Impacto y postura de Trump
Si bien estos correos no constituyen una prueba legal de delito por parte de Trump, su impacto es eminentemente político. Reafirma las conexiones de Trump con una red de tráfico sexual justo cuando busca regresar a la Casa Blanca.
Trump ha negado repetidamente cualquier implicación o conocimiento de las actividades criminales de Epstein. Tras la difusión de estos mensajes, la Casa Blanca se ha mantenido en silencio.
La estrategia demócrata es clara: utilizar estos documentos para erosionar la credibilidad de Trump ante el electorado, mientras que el equipo de Trump deberá desestimar los dichos de Epstein como meras especulaciones de un criminal desacreditado. La batalla por la narrativa y la credibilidad de la fuente será clave en las próximas semanas.
