14 de noviembre de 2025

Pymes denuncian un crecimiento exponencial de hasta un 5.000% de las importaciones

La advertencia de las pymes santafesinas, entonces, no es solo sectorial. Es un llamado a repensar la política económica y comercial en clave de equilibrio: abrirse al mundo sin dejar desprotegida a la producción local que sostiene miles de empleos y que, a diferencia de los bienes importados, genera valor dentro del país.

La Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas (Apyme) de Santa Fe encendió las alarmas frente a un fenómeno que, según describen, amenaza con desarticular el entramado productivo nacional.

Durante el primer semestre de 2025, las importaciones crecieron de manera “exponencial”, alcanzando en algunos rubros incrementos de hasta el 5.000%, lo que genera un escenario de competencia asimétrica que golpea de lleno a la industria local de alimentos, línea blanca, maquinaria agrícola y materiales de construcción.

El informe de Apyme, basado en datos del INDEC, remite a lo ocurrido en el período 2015-2019, cuando la apertura importadora debilitó a sectores sensibles de la producción nacional. La comparación no es casual: el fenómeno actual muestra la misma lógica de desplazamiento del producto local por el importado, pero con una magnitud que en ciertos rubros supera cualquier antecedente reciente.

Los datos son contundentes. El ingreso de pollo desde Brasil trepó un 425%, lo que impacta tanto en góndolas como en la industria de embutidos. La importación de leche en polvo, proveniente principalmente de Uruguay y Nueva Zelanda, subió un 688%. Pero el golpe más duro se registró en la línea blanca: las compras externas de heladeras aumentaron un 1.190% y las de lavarropas un 5.146%, con origen mayoritario en China y Brasil.

“Con el costo energético y otros factores, es muy difícil competir con el costo argentino frente a la marea de importaciones habilitadas por las desregulaciones del gobierno nacional”, advirtió Sergio Buchara, director de Relaciones Institucionales e Internacionales de Apyme.

El análisis de la entidad subraya que la combinación de desregulación comercial y aumento de costos internos coloca a las pymes en una situación de desventaja estructural. La presión no solo proviene del precio final más bajo de los productos importados, sino también de la incertidumbre para planificar producción, inversión y empleo. El riesgo es que la industria nacional termine relegada al rol de simple distribuidora de bienes producidos en el exterior.

El efecto expansivo alcanza también a sectores estratégicos para las economías regionales. La maquinaria agrícola y los insumos para la construcción, que históricamente sostuvieron cadenas de valor locales, también registraron un fuerte aumento de importaciones. Este desplazamiento amenaza con romper la sinergia productiva de provincias como Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, donde la industria pyme es clave tanto para el empleo como para el desarrollo económico.

El diagnóstico de Apyme va más allá de la estadística coyuntural. Señala un problema de fondo: la apertura indiscriminada, en un contexto de costos internos altos y sin políticas de protección o incentivo a la producción nacional, configura un terreno de “competencia imposible”. La experiencia reciente muestra que este tipo de dinámica erosiona la base productiva local y multiplica la dependencia externa.

El dilema es claro: mientras los consumidores pueden encontrar precios más bajos en ciertos bienes importados, el costo social y económico de desplazar a la producción nacional puede ser mucho mayor en términos de empleo, recaudación y soberanía productiva. En otras palabras, la apertura sin estrategia puede significar un alivio inmediato para el bolsillo, pero a costa de debilitar la capacidad del país de sostener su propio tejido industrial.

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