Nuevo golpe a Milei: El Senado rechazó el veto presidencial a los ATN
Con 59 votos afirmativos, 9 negativos y 3 abstenciones, la Cámara alta rechazó el veto presidencial a la ley que modifica el mecanismo de distribución de estos fondos, que ahora deberán coparticiparse de manera automática y diaria, eliminando la discrecionalidad del Ejecutivo.

El Senado convirtió este miércoles en un revés político contundente para el oficialismo la discusión sobre los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
La oposición superó con amplitud el umbral de los dos tercios necesarios, en una sesión que se desarrolló con calma en lo formal, pero con un trasfondo cargado de tensiones políticas.
El resultado refleja la creciente fragilidad del oficialismo en el Congreso y la ruptura progresiva de sus apoyos. Varios senadores que antes se habían ausentado para no convalidar la sesión esta vez dieron su respaldo a la iniciativa, mientras que otros aliados se abstuvieron, dejando en evidencia el debilitamiento de los acuerdos que Milei intenta sostener. La oposición, en cambio, llegó cohesionada con el objetivo de confirmar la ley y forzar un nuevo revés legislativo.
La votación en el Senado se inscribe en una serie de derrotas recientes para el Gobierno: apenas un día antes, la Cámara de Diputados había desconocido el veto presidencial en dos iniciativas sensibles, vinculadas al financiamiento universitario y la emergencia en salud pediátrica. En ambas, se observó también la fuga de votos aliados —incluidos legisladores del PRO, referentes provinciales cercanos al oficialismo y hasta diputadas propias que no estuvieron presentes en el recinto—, lo que amplificó la crisis de conducción parlamentaria.
El núcleo de la disputa es político y financiero. Los ATN representan el 1% de la masa coparticipable y hasta ahora eran administrados discrecionalmente por el Ejecutivo, lo que le otorgaba una herramienta de presión y negociación con los gobernadores. La nueva norma, impulsada en bloque por los mandatarios provinciales, le quita al Gobierno esa capacidad, al obligar a un reparto automático. Para Milei, esto significa perder un resorte clave en la relación con las provincias; para los gobernadores, en cambio, implica blindar recursos frente a un Ejecutivo que ha hecho de la austeridad un emblema.
Lejos de aceptar el golpe, la Casa Rosada volvió a recurrir a su retórica de confrontación. El vocero Manuel Adorni denunció que quedó expuesto “el modus operandi de la casta”, mientras que el ministro de Economía, Luis Caputo, acusó a los legisladores de querer “voltear al Presidente”. Sin embargo, las votaciones en ambas cámaras reflejan algo más profundo: una pérdida sostenida de control político, la fractura de alianzas circunstanciales y el avance de un Congreso que, a diferencia de los primeros meses de gestión, parece dispuesto a fijar límites claros al proyecto libertario.
Ahora será la Cámara de Diputados la que deba insistir en la sanción definitiva. Si lo hace, la derrota presidencial quedará sellada en un punto crucial: la pérdida de una de las cajas más sensibles del poder político argentino.
