Milei se enfoca en la economía y delega la política a su hermana Karina
En un movimiento estratégico de alto riesgo, el presidente Javier Milei ha decidido retirarse de la gestión política diaria para concentrarse de lleno en la crisis económica, delegando la coordinación del gabinete y la mesa política en su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

La medida, que llega tras la contundente derrota en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, plantea serios interrogantes sobre la gobernabilidad y el futuro del Gobierno, según consignó Crónica Política.
Según fuentes oficiales, el presidente considera que su «lugar en este momento es el Ministerio de Economía», convencido de que solo a través de una dedicación total a la estabilización macroeconómica, su plan de «motosierra» y «licuadora» podrá dar frutos.
Sin embargo, este enfoque exclusivo en lo económico podría dejar un vacío político peligroso en un contexto de alta conflictividad y necesidad de consensos. La gestión de la crisis económica exige no solo decisiones técnicas, sino también un respaldo político que el presidente podría perder si se desentiende de la política cotidiana.
La delegación de esta tarea en su hermana, si bien refleja una confianza total, puede ser percibida como una falta de liderazgo en un momento crítico.
Karina Milei, la nueva estratega en un tablero político complejo
La designación de Karina Milei como la nueva estratega política del Gobierno es un hecho sin precedentes. Su rol no se limitará a la coordinación ministerial, sino que también estará al frente de la mesa política, un espacio que se reaviva con el objetivo de diseñar la estrategia electoral y reconstruir el vínculo con los gobernadores.
La derrota bonaerense, un claro indicio del desgaste del Gobierno, es el motor de este replanteo. La apuesta es que Karina, conocida por su hermetismo y su rol detrás de escena, logre lo que el presidente no pudo: tender puentes con los sectores más moderados de la oposición y reconstruir una relación de confianza con la sociedad civil.
La decisión de Javier Milei de dedicarse a la economía y delegar la política en su hermana es una jugada arriesgada. Si bien podría brindarle la concentración necesaria para abordar los complejos problemas económicos, también podría dejar a la gestión sin el liderazgo político que requiere para enfrentar los desafíos que se avecinan.
La figura de Karina Milei, hasta ahora un poder en las sombras, pasará a estar bajo la lupa, y su capacidad para manejar la compleja red de alianzas y conflictos políticos será la prueba de fuego de esta nueva estrategia de gobierno.
