Milei ratifica bandas cambiarias hasta 2027 y redefine la estrategia de estabilización con aval de EE.UU.
La entrevista con el Financial Times revela que el plan de Milei se apoya en tres pilares interconectados: (1) Control Cambiario Gradual (bandas hasta 2027), (2) Alineamiento Geopolítico Profundo (Doctrina Monroe económica con apoyo de EEUU), y (3) Apuesta a las Reformas Estructurales (crecimiento post-2026). El dólar, por ahora, seguirá siendo gestionado por la política y la alianza externa, antes que por la pura mano del mercado.

La reciente entrevista del presidente Javier Milei con el Financial Times no solo despejó las dudas sobre la ansiada (y temida) liberación cambiaria, sino que también iluminó la estrategia de estabilización y alineamiento geopolítico que su Gobierno ha decidido cimentar de cara a 2027.
La ratificación de las bandas cambiarias como herramienta de gestión del dólar no es un mero aplazamiento técnico, sino una pieza central en una visión económica y política de más largo aliento.
El anuncio de mantener las bandas cambiarias, con una proyección de ampliación gradual hasta las elecciones de 2027, marca un contraste directo con la retórica de libre mercado que caracterizó a Milei en campaña. Analíticamente, esta política persigue dos objetivos clave, anclaje de expectativas, al descartar la libre flotación, el Gobierno busca desactivar la volatilidad crónica y eliminar un foco de especulación a corto plazo, priorizando la estabilidad sobre la ortodoxia cambiaria inmediata.
Por otro lado la defensa de la valoración, la defensa enérgica que hace Milei de la calificación del peso como «infravalorado» —citando el criterio del secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, contra la «ineptitud local»— es un movimiento político-económico. Intenta validar la política actual de cambio, sugiriendo que la apreciación no es un error, sino una corrección a la baja valoración previa. La autoridad externa de Bessent se utiliza como escudo frente a las críticas internas de sobrevaloración.
La frase «Las bandas están diseñadas para que se amplíen con el tiempo, y llegará el momento en que ya no serán relevantes» sugiere una hoja de ruta: el control cambiario no es un fin, sino un puente que se busca desmantelar solo cuando la estabilidad macroeconómica (reformas, crecimiento) lo torne innecesario, posiblemente después de la consolidación legislativa post-2025.
Geopolítica y Estabilidad Financiera
El factor más relevante que subyace a la decisión económica es la alianza con Estados Unidos . La inyección de capital (swap y compra directa de pesos) es presentación por Milei no solo como apoyo financiero, sino como la materialización de una «doctrina Monroe económica» .
«Estados Unidos ha decidido ser el líder de la región, y eso es fabuloso». Esta afirmación es el corazón del análisis. Implica que la estabilidad cambiaria argentina está siendo sostenida, en parte, por una decisión geopolítica de Washington de reafirmar su influencia y contrarrestar a China. En este sentido, la política de bandas no solo gestiona el dólar, sino que también sella la fidelidad estratégica de Argentina. El país se posiciona como el «mayor aliado estratégico de EEUU en la región», lo cual conlleva beneficios de seguridad (apoyo en la lucha contra el narcotráfico) y, crucialmente, respaldo financiero ante corridas.
Proyecciones internas y el eje temporal
Milei ata la consolidación de su plan al eje temporal 2026-2027 . Prometer un crecimiento del PBI de entre el 7% y el 10% anual a partir de 2026, impulsado por reformas que se buscarán aprobar con la nueva conformación del Congreso (la «mayor presencia violeta»), crea una ventana de expectativa. La estabilidad cambiaria hasta 2027 se convierte en la condición necesaria para que las reformas estructurales tengan tiempo de madurar y mostrar resultados sin ser saboteados por la volatilidad del dólar.
