12 de noviembre de 2025

Los salarios no logran recomponerse y crece el riesgo de una recesión prolongada

El denominador común entre los informes es que los ingresos reales permanecen por debajo de los niveles previos a noviembre de 2023, cuando Javier Milei ganó las elecciones, mientras el consumo interno continúa desplomándose.

Distintas consultoras privadas coinciden en que, a casi dos años del cambio de gobierno, los salarios en la Argentina no logran recuperar su poder adquisitivo y que la economía se encamina hacia una “recesión sostenida”.

Según Empiria, la consultora de Hernán Lacunza, el ingreso disponible que en noviembre de 2023 superaba el nivel base 100 y se ubicaba cerca del 105, hoy se encuentra por debajo de 99. El informe atribuye la caída, en buena medida, al fuerte impacto del aumento de tarifas y servicios, que erosionó la capacidad de gasto de los hogares.

Vectorial, dirigida por Haroldo Montagú, exviceministro de Economía, señala que los salarios registrados se encuentran un 4,7 % por debajo de los valores de noviembre de 2023, y que la pérdida llega al 10,8 % si se ajusta por la inflación actualizada con la última Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares (ENGHO). La consultora advierte que la debilidad de los ingresos funciona como un ancla doble: modera los precios, pero también limita la actividad económica.

El deterioro salarial es más severo en el sector público. De acuerdo con los relevamientos, los empleados estatales acumulan una pérdida real del 13,2 % y muestran una recuperación muy lenta. En el caso de los trabajadores privados registrados, los sueldos recién alcanzaron niveles similares a los de noviembre de 2023 en agosto de este año, aunque aún se mantienen un punto porcentual por debajo.

Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA) aporta un dato contundente: el salario mínimo real cayó de 486.522 pesos en noviembre de 2023 a 322.200 pesos en la actualidad, un retroceso del 34 % en términos reales. El deterioro comenzó con la devaluación del 120 % de diciembre de 2023, cuando la inflación mensual saltó del 12 % al 25 %. Si se toma septiembre de 2025 como referencia, el salario mínimo se ubica incluso por debajo del nivel del año 2001 y 63 % por debajo del pico alcanzado en 2011.

Equilibra, la consultora de Martín Rapetti, calcula que el poder de compra de los salarios formales cayó 19 % en los primeros dos años de gestión libertaria, lo que equivale a una pérdida acumulada de 2,1 meses de ingresos reales para trabajadores y jubilados.

El deterioro de los ingresos explica el derrumbe del consumo, que golpea con fuerza al comercio minorista y a los grandes supermercados. Los empresarios del sector afirman que las familias enfrentan costos fijos crecientes y cada vez menos margen para el gasto cotidiano. En el caso de los jubilados, la situación es aún más crítica: los medicamentos subieron más de 400 % entre enero y octubre, según la ONG DEUCO, mientras la cobertura del PAMI se redujo. “Antes el jubilado pagaba hasta el 20 % del precio; hoy llega a cubrir el 60 %”, precisó la entidad.

Pese a la desaceleración de la inflación —que hoy es cuatro veces menor a la de fines de 2023—, las consultoras coinciden en que el ajuste de ingresos y el tipo de cambio controlado son los pilares del programa económico. Este esquema, si bien contribuyó a frenar los precios, mantiene deprimida la demanda interna y consolida un escenario de estancamiento prolongado.

La conclusión de los analistas es clara: la estabilización se logró a costa de un fuerte deterioro del salario real. La contracara de los precios contenidos es una economía cada vez más fría, con familias que no llegan a fin de mes y con un poder de compra que retrocede a niveles comparables con los de las crisis más profundas de la historia argentina.

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