La Izquierda se adelanta en la Provincia y lanza una campaña de confrontación directa contra Milei, Kicillof
Lo hizo con una señal clara: el lanzamiento no fue una formalidad técnica, sino una apuesta por disputar el escenario político bonaerense desde una narrativa de confrontación abierta con el gobierno nacional, la administración provincial y las dirigencias sindicales tradicionales.

El Frente de Izquierda Unidad (FIT-U) dio este sábado un paso político de peso al convertirse en la primera fuerza en presentar oficialmente sus listas completas para las elecciones del próximo 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires.
En un acto con fuerte participación militante, el FIT-U buscó posicionarse no solo como una opción electoral sino como una referencia política para los sectores movilizados que enfrentan el ajuste. Las candidaturas fueron cuidadosamente seleccionadas para reforzar esa imagen: Nicolás del Caño encabezará la lista de diputados por la Tercera Sección Electoral, mientras que Romina Del Plá hará lo propio en la Primera. Ambas figuras —de largo recorrido en el Congreso y en la calle— encarnan el discurso que el Frente quiere imprimirle a esta campaña: oposición intransigente, presencia territorial y conexión directa con los conflictos sociales.
La lista también incluye a dirigentes con fuerte anclaje sindical y territorial, como la médica Laura Cano en la Octava Sección, el marplatense Alejandro Martínez en la Quinta, y Néstor Pitrola, histórico dirigente del Partido Obrero, también en la Primera. En total, el frente tendrá presencia en las ocho secciones electorales y en más de 100 municipios, con candidaturas a concejales y legisladores provinciales, la mayoría provenientes de espacios de lucha: hospitales, fábricas, escuelas, organizaciones sociales.
La construcción del FIT-U se presenta, así, como una alternativa integral y militante, que busca capitalizar el malestar social creciente frente al ajuste económico y la precarización de la vida cotidiana. Pero también, como una fuerza que rompe con la lógica del “mal menor”, rechazando tanto el programa económico de Javier Milei como la respuesta del gobierno provincial, al que califican de cómplice pasivo del ajuste nacional.
El discurso de Del Caño fue directo: “La motosierra no fue contra la casta, fue contra los jubilados, los docentes, la salud pública y la comida en las escuelas. Milei no actúa solo: lo sostienen el PRO, la UCR y sectores del peronismo”. Su diagnóstico es claro: el sistema político en su conjunto —incluido el kirchnerismo— es corresponsable de la situación actual, ya sea por acción o por omisión.
Romina Del Plá, por su parte, apuntó a la articulación entre los gobiernos y las cúpulas sindicales, denunciando que “las burocracias han paralizado a los trabajadores”. Para la dirigente docente, la campaña del Frente es una extensión política de las luchas en curso, y cada voto, un refuerzo para quienes resisten en los hospitales, las escuelas y los barrios.
La estrategia del FIT-U también interpela al electorado de izquierda desencantado o desmovilizado. A través de figuras como Luana Simioni (La Plata), Pablo Giachello (Tercera Sección) o Natalia Hernández (La Matanza), el frente refuerza una imagen de consistencia ideológica, amplitud en la base militante y distancia de cualquier lógica de negociación con el poder.
En un escenario provincial dominado por las tensiones entre el oficialismo bonaerense y el gobierno nacional, el Frente de Izquierda busca instalar su propia agenda: poner en primer plano las consecuencias del ajuste, la precarización del trabajo y el deterioro de los servicios públicos. El desafío será traducir ese diagnóstico en volumen electoral, en un contexto donde el voto bronca y la abstención también compiten por ser canales de expresión.
El lanzamiento anticipado de sus listas no es solo una jugada táctica. Es una señal de autonomía política y de intención de disputar protagonismo en un ciclo electoral donde el desencanto social y la debilidad de los partidos tradicionales abren espacios, pero también exigen coherencia y capacidad organizativa. En ese terreno, el Frente de Izquierda busca ser más que un testimonio: aspira a ser una alternativa real desde abajo.
