20 de abril de 2024

La historia del argentino que quiso tener amigos en todo el mundo y nos dejó un día para celebrar

“El hombre llegó a la luna”. Esa era la noticia del momento y en esos términos se refirieron los titulares de los diarios aquel 20 de julio de 1969. Sin duda era un acontecimiento único en su género, celebrado por propios y extraños, y contagiaba una alegría sin límites, comparable sólo con el sentimiento genuino y sincero que se apropia de los logros ajenos.

A esa algarabía global, se sumó un argentino que se atrevió a mirar más allá del horizonte. Odontólogo, músico y profesor de filosofía e historia, Enrique Febbraro, tuvo la iniciativa de escribir cientos de cartas con destino a diferentes países, para iniciar una movida mundial con la sola premisa de celebrar el 20 de julio, su título: Día del Amigo.

Febbraro sostenía su idea en la tremenda emoción que le produjera el alunizaje del Apollo XI, por primera vez en el satélite natural, y la caminata de Neil Amstrong le pareció un hecho de características históricas que no debía pasar desapercibido y que podría tener un impacto a nivel mundial.

La llegada del hombre a la luna, para Febbraro, fue un verdadero gesto de amistad que podría unir a todos los países bajo un mismo fin.

El argentino pensaba que un hecho de semejante naturaleza contribuiría a hermanar a los pueblos. Con la celebración del Día del Amigo, se superarían las barreras de la raza, el idioma, la religión o las ideologías políticas, que sólo habían traído odio, muerte, dolor, opresión y desesperanza.

“El alunizaje fue un gesto de amistad de la humanidad para con el universo. Un pueblo de amigos sería una nación imbatible. Por eso, el 20 de julio es el día elegido”; eran las palabras que repetía constantemente en sus misivas.

Las cartas del odontólogo fueron enviadas, reenvidas, leídas y releídas. En muchos casos fueron contestadas con demostraciones de apoyo o excusas diplomáticamente redactadas y en otros tantos, “cajoneadas” o tiradas al cesto de los papeles inútiles.

Sucedía que finalizada la Segunda Guerra Mundial, sobrevino otro conflicto de características diferentes que había instalado una paz ficticia. Los intereses de Poder y gobierno mundial no permitían a los países desenfocarse de los intereses de Estados Unidos y la Unión Soviética, los generadores de la llegada a la luna, y se estaba de un lado o se estaba, del otro.

Estas grandes potencias estaban sumergidos en una guerra fría y rodeados de conflicto internacionales por lo que la celebración del día del amigo poco les importaba y les era totalmente ajena a sus intereses de dominio mundial.

Para ellos, las conspiraciones eran el común denominador de sus empresas. Pululaban espías por todos lados y el contraespionaje era la moneda de cambio en medio de una carrera desenfrenada por llegar a la roca que orbita nuestro planeta.

Y una vez que se logró el objetivo, plasmado y entendido como una demostración de poder y miles de dólares tirados al espacio, ¿a quién le importaría ser amigo, si se puede ser su dominador, domino otorgado por el poder de las armas?

Sólo Brasil, Uruguay, Chile y España, se hicieron eco de la iniciativa de Febbraro. Los demás países optaron por otras fechas. Por ejemplo, Estados Unidos lo celebra el primer domingo de agosto, día en el que también lo hace su amigo Gran Bretaña, ¿Coincidencia o política?

La ExURSS, directamente, no lo celebra.

El caso de Paraguay es emblemático y digno de tener en cuenta. Desde 1958 celebra el Día de la Amistad el 30 de julio.

Ese día se produjo la Cruzada Mundial por la Amistad, 11 años antes de la iniciativa solitaria de nuestro compatriota, fecha que la Organización de las Naciones Unidas reconoció y estableció como tal en su Asamblea General en 2011, pero esa es otra historia.

En fin, seguramente nos hemos preguntado por qué se celebra el Día del Amigo un 20 de julio y la respuesta será siempre simple, en conmemoración de la llegada del hombre a la luna.

En definitiva, el día visibiliza el ideal de Enrique Febbraro, su empeño por un mundo unido y el tesón de su gen argentino por hacer amigos alrededor del globo, nos regaló una fecha tan particular en el calendario. Por ese gran amigo argentino ¡Salud!

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