2 de diciembre de 2025

Diego Santilli busca en Corrientes un aval clave para el Presupuesto y las reformas

La visita forma parte de una agenda que el Gobierno despliega con ritmo urgente: asegurar mayorías antes de la asunción de los nuevos legisladores y blindar el plan económico sin modificar su núcleo doctrinario.

El ministro del Interior, Diego Santilli, llegará a Corrientes para reunirse con el gobernador Gustavo Valdés en uno de los movimientos más significativos dentro de la estrategia nacional para garantizar apoyos legislativos al Presupuesto y a las reformas estructurales impulsadas por Javier Milei.

Corrientes no es una escala menor. Fue la única provincia donde Provincias Unidas se impuso en las últimas elecciones con el 33,91% de los votos, apenas por encima del oficialismo nacional, que obtuvo el 32,68%. Desde el 10 de diciembre, Juan Pablo Valdés asumirá el mando provincial y su hermano Gustavo ocupará una banca en el Senado local, una reconfiguración que vuelve aún más relevante la interlocución política en vísperas de debates tensos.

El viaje de Santilli se inscribe en un calendario de negociaciones que ya lo llevó a dialogar con gobernadores de distintos signos políticos. Su mensaje es consistente: respaldo al Presupuesto, equilibrio fiscal y aval a las reformas laboral, penal y tributaria. Aunque cada provincia tiene demandas particulares, el ministro intenta construir un consenso mínimo que permita destrabar el paquete estructural que Milei considera indispensable para sostener su programa.

En cada reunión, Santilli pone sobre la mesa tres ejes: situación fiscal, continuidad y priorización de la obra pública y tratamiento de los proyectos clave del Ejecutivo. Sin embargo, detrás de esa agenda técnica se despliega un objetivo más profundo: recomponer relaciones políticas que, en muchos casos, quedaron desgastadas tras meses de tensiones por recortes, redefiniciones presupuestarias y disputas por la obra pública.

La extensa lista de gobernadores con los que Santilli ya dialogó —desde Martín Llaryora hasta Gerardo Zamora— muestra que el Gobierno entiende que el Congreso no se ordena solo y que la aritmética parlamentaria exige un trabajo artesanal. Corrientes se vuelve así un nuevo test de esa construcción. El oficialismo necesita apoyos territoriales para evitar un freno legislativo y avanzar con reformas que prometen transformar el sistema político y económico, pero que todavía generan resistencias incluso dentro de los bloques dialoguistas.

La reunión con Valdés será, por lo tanto, algo más que una foto institucional: será una señal sobre hasta dónde puede llegar la habilidad del Gobierno para tejer los acuerdos que definirán su margen de maniobra en los próximos meses. El resultado de esas conversaciones determinará si las reformas que Milei imagina como fundacionales se convierten en leyes o quedan atrapadas en el laberinto político argentino.

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