18 de abril de 2024

Críticas y polémica en torno a la entrega de los Nobel de Literatura

¿Una polémica nueva, o vieja, tapa una anterior o pasada? La pregunta sin respuesta.

Si la Academia Sueca buscaba con el anuncio de los ganadores del premio Nobel de Literatura, reconciliarse con la comunidad literaria internacional, tras el escándalo que envolvía al dramaturgo y fotógrafo francés, Jean-Claude Arnault, de poco le sirvió.

Arnault, casado con la poeta Katarina Frostenson, hasta el año pasado era una de los 18 miembros de la academia, actuaba como “conseguidor”, una especie de “lobbysta” que desde su posición de privilegio “acercaba soluciones”. Este fue acusado de 18 abusos sexuales, además de traficar influencias en los fallos de selecciòn, lo que empañó la entrega en 2018 y obligó a su esposa a renunciar al igual que a los restantes integrantes del jurado y la Academia decidió aplazarla ante la imposibilidad de organizar uno nuevo.

Tal vez esto fue más impactante debido a que desató un tsunami de críticas de personalidades de la cultura y de la política tal es el caso de la periodista y ganadora del premio Pulitzer, Jennifer Egan, quien dijo: “Rechazamos la decisión de que un escritor que persistentemente ha puesto en duda crímenes de guerra minuciosamente documentados merezca ser celebrado por su ingenuidad lingüística”.

Además, Hari Kunzru, novelista y periodista free-lance inglés, declaró: “es una elección problemática para un comité que trata de posicionarse bien luego del escándalo, premiando a un escritor que combina una gran profundidad con una ceguera ética alarmante”.

El pedido de las «Madres de Srebrenica», de retirarle el premio a Handke, suma voces y firmas.

Por su parte, Munira Subasic, presidenta de la Asociación de víctimas del genocidio “Madres de Srebrenica” pidió al Comité Nobel que retire el premio porque decía de Hanke: “El hombre que defendía a los carniceros balcánicos no puede obtenerlo”.

El diario británico The Times, en su editorial calificaba a la premiación en duros términos, como “una elección perversa, un insulto a las víctimas del genocidio”. 

Sefik Dzaferovic, miembro musulmán de la Presidencia tripartita bosnia, consideró: “Es vergonzoso que el Comité Nobel pase por alto el hecho de que Handke justificase y defendiese a los condenados por crímenes de guerra, incluido el genocidio”.

El presidente de Kosovo, Hashim Thaci, criticó al Comité por motivos similares: “El genocidio en Bosnia-Herzegovina tuvo un autor y Handke optó por apoyar y defender a esos autores. La decisión acerca del Premio Nobel ha traído inmensa pena a las innumerables víctimas”.

De manera aleatoria, en Kozovo, solamente en un día, se recolectaron 30.000 firmas para que la Academia retire el premio a Handke, y el sitio en Internet, change.org, organizó una iniciativa similar que llevaba 12 mil rúbricas.

También, el primer ministro de Albania, Edi Rama, expresó sus críticas: “Nunca pensé que sentiría ganas de vomitar por un premio Nobel”.

Incluso, en la plataforma de peticiones en internet Change.org se han recabado ya unas 12.000 firmas para exigir la retirada del Nobel a Handke por ser admirador de Milosevic, el “carnicero de los Balcanes”.

En fin, la polémica nuevamente ya está instalada, lo único cierto es que la Academia ya tiene nuevos nombres en su palmarés de personalidades que contribuyeron a la cultura.

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