14 de noviembre de 2025

Actividad económica estancada: leve caída mensual y rebote interanual

Aunque la variación es marginal, revela que la economía aún no encuentra una trayectoria clara de recuperación tras la profunda recesión generada por el ajuste fiscal y la devaluación de diciembre, impulsados por el gobierno de Javier Milei.

El nivel de actividad económica mostró signos de estancamiento en mayo, con una caída del 0,1% respecto al mes anterior, según informó el INDEC.

En la comparación interanual, el dato parece alentador: el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) subió un 5% frente a mayo de 2024. Sin embargo, la mejora tiene una explicación técnica: el año pasado el indicador había registrado uno de sus peores desempeños debido al shock inflacionario, la licuación de ingresos y el freno del consumo generados en los primeros meses del nuevo gobierno. El crecimiento interanual, por tanto, responde más a un efecto rebote estadístico que a una expansión genuina de la economía.

Al observar la dinámica sectorial, se destacan trece ramas de actividad con desempeño positivo. La intermediación financiera, con un crecimiento interanual del 25,8%, lidera el repunte. Le sigue el sector pesquero (12,2%), y el comercio mayorista y minorista (10%), que tuvo la mayor incidencia positiva en el índice general. También creció la industria manufacturera, un 5% interanual, aunque aún por debajo de los niveles previos al ajuste.

Sin embargo, la foto completa no es tan optimista. En la medición mensual desestacionalizada —la más sensible a los vaivenes recientes— la actividad continúa en terreno negativo. El freno económico persiste, y las señales de recuperación todavía son débiles, especialmente si se tiene en cuenta que los sectores más golpeados por el ajuste, como el consumo masivo, la construcción y los servicios públicos, aún muestran rezago.

De hecho, dos sectores clave retrocedieron en la comparación interanual: Electricidad, gas y agua cayó un 9%, reflejo de la menor demanda productiva y residencial; mientras que Administración pública y defensa retrocedió un 0,9%, en línea con el recorte estatal impulsado por el oficialismo. Estas bajas, aunque acotadas, restaron 0,20 puntos porcentuales al crecimiento interanual del EMAE.

El panorama deja una conclusión ambigua: si bien algunos indicadores mejoran en la comparación interanual, el dato mensual reafirma que la economía sigue en una meseta baja, con heterogeneidad sectorial y sin señales firmes de reactivación sostenida. El modelo de «shock» fiscal, con su ancla en el superávit y la emisión cero, aún no logra traducirse en dinamismo económico.

El desafío sigue siendo romper con esta inercia recesiva sin sacrificar más empleo, consumo ni producción. Y aunque el gobierno celebra los primeros brotes verdes en algunos sectores, la recuperación aún no llega al conjunto de la sociedad. Mientras tanto, mayo deja un mensaje claro: la economía no se derrumba, pero tampoco arranca.

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